jueves, 5 de abril de 2012

QUE NOS DICEN LOS TOPÓNIMOS

                    QUE  NOS  DICEN  LOS  TOPONIMOS

TOPONIMIA.   Del Griego – topos. Signif: lugar,  y onómato, signif:  nombre.
Es el estudio de los nombres de lugares. Generalmente llamamos Topónimos o Toponímicos.

Si observamos el mapa geográfico de nuestro país;  especialmente nuestro Noroeste, a lo largo del corredor andino, centro y áreas pampeanas, podremos constatar que infinidad de pueblos, lugares, ríos, arroyos,  montañas, etc. Tienen nombres que no  pertenecen al español. La mayoría de los topónimos son voces Kichuas o Quechuas, es decir provienen del Runa Simi, y los menos son voces, cuyas  etimologías, nos dicen que,  pertenecen a las lenguas de antiguas etnias pobladoras de estas regiones.
Por lo que se puede deducir que los españoles;  jamás utilizarían voces que no fueran castellanas para designar los lugares conquistados.

A mi modesto entender, los topónimos que he podido estudiar, avalan la teoría del Dr. Emilio A.  Christensen, sobre la instalación de Mitimaes Inkaykos en el antiguo Tukma, Tujma, Tujmanao o Tucumán, y la exploración de amplias áreas geográficas hasta los confines Patagónicos.

Estamos transitando los primeros años del Siglo XXI, y aun seguimos discutiendo si nuestro Kichua o Quechua, mas bien nuestro Runa Simi;  fue introducido en nuestro país por los Españoles, junto con el castellano, como afirma el Prof. Bravo o por los Inkas, según la teoría del Dr. Christensen.

También se ha escrito mucho , sobre la vinculación de comunidades aborígenes de nuestro NOA, con la gran Cultura Andino Inka, unos negando y otros defendiendo evidencias concretas, expresadas en la lengua, las tradiciones, la toponimia y las referencias de antiguos cronistas, que en muchas oportunidades se han deformado o mal interpretado.
Muchos de los estudiosos, coinciden en que el antiguo Tukma, Tujmanao, Tucuyman o simplemente Tucumán, estaba bajo control de los gobiernos Inkanos cuando los españoles entraron en nuestro noroeste.
Es conocido lo que el Inka Gracilazo de la Vega,  sostiene en sus Comentarios Reales:
“ Habiendo salido el Inka Wirakocha a recorrer el Qolla Suyu, llegó a la antigua provincia de Charcas, allí recibió la visita de una embajada procedente del Reino de Tukma, que iba a ofrecerle vasallaje y sumisión. Le llevaron de regalo  mucha ropa de algodón, mucha miel y muy buena, cera y otras mieses y legumbres de aquella tierra, que de todas ellas trajeron, para que en todas se tomase posesión. No le trajeron oro por lo que los indios no lo tenían…”
Por otra parte Garcilaso afirma que ese reino estaba a 200 leguas al sudeste de Charcas.
También es cierto que muchos estudiosos afirman que Tupak Yupanki recorrió de Jujuy a Mendoza por el camino del Inka  para luego cruzar la Cordillera hacia Chile, supuestamente alrededor de 1470 consolidando sus dominios.

El Doctor Emilio A. Christensen en su libro EL QUICHUA SANTIAGUEÑO LENGUA SUPÉRSTITE DEL TUCUMAN INCAICO, considera que adelantamientos  en forma de mitimaes, se instalaron en la mesopotamia santiagueña muy especialmente en ambas márgenes de los ríos Mishki mayu y  Kachi mayu,  desde hace mucho tiempo antes de la entrada de los españoles.
No hay dudas de que estos, conocían perfectamente la existencia de estos reinos, por la información suministrada por los herederos Inkanos; tal es así  en 1535, Diego de Almagro se lanza a la conquista del Tukma, arribando a nuestro noroeste en los primeros días de 1536.
En 1542 Vaca de Castro que era Virrey  del Perú,  designa a don Diego de Rojas explorar el Tucumán. Quien arriba a Maquijata  - Maki Llajta  que significa: lugar o pueblo a mano, en el actual Dpto. Choya, Prov. De Santiago del Estero. – Chuya, que signif: líquido claro o acuoso. Esto ocurre en 1543. Es allí donde muere Don Diego de Rojas en lucha con los aborígenes de la región. Continúan explorando un grupo al mando de Pedro López de Ayala,  Diego Fernández, Francisco de Mendoza, Felipe Gutiérrez y otros, hasta llegar a un poblado llamado Soqonchu, derivado de Shuqo, que signif: Estrecho y largo y la partícula – nchu -   que es un sufijo adjetivante. Este pueblo estaba en una de las márgenes del río Mishki Mayu.
Don Diego Fernández dice:  “ Encontramos una gran provincia de tierra muy poblada, y a una legua y media los pueblos  unos de otros, de ochocientos a mil casas puestas por sus calles… y entre otros conceptos dice: Tienen sus corrales de ovejas como los del Perú. Es gente limpia  y bien dispuesta, los Bohíos que tienen son muy grandes...” Continúa describiendo la vestimenta de los naturales varones y luego de las mujeres y concluye: La tierra es muy llana y en tiempos de agua, crece el río, porque no se aneguen, tienen hecho los pueblos una hoya muy honda y grande y al verano secarse, y entonces toman los indios de todos los pueblos mucho pescado y en secándose, siembran maíz y se hace muy alto y de mucha cosecha...”, etc.
Además de Soqonchu los invasores encuentran otros pueblos como Silípica, que signif: Juntar flores en el campo,  Tipiru, que puede ser una derivación de Tipiri que signif: Recolector de maíz y Manogasta, en realidad Manu Hata donde Manu signif: deuda y Hata;  lugar, pueblo o región.
Diego Fernández cuenta que estos aborígenes no solamente eran cazadores, pescadores y recolectores, sino que además eran grandes agricultores, ganaderos, hilanderos, tejedores, etc. Y que vivían en comunidad, en sistemas de Ayllus o aldeas muy bien organizados.
Idalia M. E. Rotondo en su libro LLAJTA MAUKA - Pueblo Viejo -  refiriéndose  a las Comunidades Juríes que poblaron la región y lo que afirman Diego Fernández, y tantos otros estudiosos  dice: “ Este hecho demuestra que los Juríes  eran agricultores del tipo superior, pertenecientes en consecuencia, al área de la cultura Andina.”
Podríamos citar infinidad de testimonios de muchos autores, pero nos llevaría demasiado tiempo en detallar debidamente.
Como conclusión,  podríamos decir que la teoría del Dr. Christensen, se acerca verdaderamente a un hecho verídico de acuerdo a tantos testimonios,  y que el estudio de los topónimos nos revelan, que exploradores Inkaykos dejaron como hitos los nombres de lugares en su Idioma oficial, que era el Runasimi o Quichua,  ya que los españoles solamente dejarían nombres castellanos en pueblos y lugares conquistados.

Veamos algunos ejemplos.  En Córdoba,  tenemos infinidad de pueblos, ríos y lugares con voces de neta filiación Inka.  Cosquín, es deturpación de Kuski, raíz que signif: tierra preparada para la siembra y la n, es sufijo de posesión de tercera persona.      Tiu Pujio, cuyo signif: es manantial de agua y arena. Uritorco, en realidad es Urin Orqo que signif: Cerro del sur. Y tantos mas que el tiempo sería demasiado para citar tantos topónimos en esta provincia.
                                   En la Prov. De San Luis

Conaran.  Proviene de Qonqay, - olvidar – ra: suf. De tiempo pasado.
Chuma Yacu. Lugar donde se escurre el agua.
Tilisarao.  Tili. Signif: Ebriedad.  Sara -  maíz. Diríamos machau con chicha.

                              En la Prov. De la Pampa.

Chaco:   Chaku, signif:  Lugar de caza.
Alpachiri:  Tierra fría.
Chanilau.  Tierra valiosa.

                               En el Oeste de la Prov. De Buenos Aires.

Achupallas: Cerca de Qemú- Qemú. Signif: Planta de la familia de las Bromeliáceas.
                    Ananás, piñas, etc.
Mira Pampa:  Signif: Tierra fecunda. Donde se acrecienta el ganado.
Yutu Yacu:  Entre Leubucó y Arano. Signif:  Perdiz del agua o de los bañados.
Chupi Talu:  Sopa de carne y legumbres bien condimentada. Talu,  es deturpación de
                      Taru o Taruca -  Corzuela o siervito de la pampa.
Chala Kilka:  Chala de maíz,  donde se escribe o se grafica. Etc. Etc.

                                              En la Patagonia.

Mira Pampa:   En Río Negro: Lugar donde se reproduce el ganado.
Chimpay.                            Acción de caminar en el agua o vadear arroyos o ríos.
          
                                            En Neuquén.
Chichihuay:  Acción de amamantar un niño.
Chinchina:   Chinche ina:  Como chinche o vinchuca.
Charahuilla:  Liebre flaca. Etc.etc.













Esto es solo una breve reseña sobre el tema que nos ocupa. Personalmente creo que el estudio de nuestra toponimia nos aclara lo suficiente como para afianzar la teoría del Dr. Emilio A. Christensen.
Finalmente veamos lo que dice Saignes Thierri: “ Los nombres de lugares parecen huellas mas neutras y fieles a la antigua ocupación del espacio.  Así,  los topónimos aymaras esparcidos desde Cusco al Tucumán, recuerdan la capa pobladora pre-quechua...” Coincidiendo con Victor Angles Vargas quien afirma que los Inkas exploraban vastas regiones para luego anexar a sus dominios,  y el Sociólogo Boliviano Bautista Saavedra concluye: “ La difusión geográfica de una lengua demuestra que una civilización a cuyo servicio se hallaba ella, se extendió por lugares donde estampó su huella imperecedera.”.

                                            Aldo Leopoldo Tevez.

miércoles, 1 de febrero de 2012

IDENTIDAD

                                                     

                                                IDENTIDAD


Hemos escuchado muchas veces hablar de que no tenemos identidad, o que somos un país sin identidad cultural. De allí que me parece acertada la idea de reflexionar, analizar o cambiar opiniones al respecto.
Si consultamos un diccionario, nos encontramos con que Identidad proviene del Latín tardío “Identitas” y su significado es: Calidad de idéntico. Cálculo de identidad. Filosofía de la identidad o Principio de identidad. Esto último está relacionado con nuestra filiación, es decir: el seno familiar, lugar de nacimiento, medio social, etc.
El Reverendo Padre extinto, Dr. Juan Antonio Manya Ambur,  ex – Presidente de la Academia Mayor de  la Lengua Quechua o Runa Simi del Qosqo – Perú, en un trabajo publicado en junio de 1988, impreso en la Editorial  LA AMISTAD de aquella ciudad,  nos hablaba sobre el tema que nos ocupa.
Si yo me pregunto quién soy, diría: Soy docente, agricultor, operario, artesano. Profesional, etc. También podría afirmar: Soy Santiagueño, Argentino, Tawantinsuyano,  americano etc.  O quizás podría decir: “ Soy católico, ortodoxo, puritano, etc.”  Todos estos adjetivos me están identificando con lo que soy. En realidad hay muchas maneras de identificarnos y también existen verdaderos símbolos de identidad. Tal como decía el Padre Manya Ambur.
Entre estos símbolos, hay algunos que tienen una real importancia como la apariencia personal. Por ejemplo, la ropa es todo un idioma para indicar nuestra identificación social, nuestra profesión y aún nuestro carácter, - conservador, aventurero, progresista, alegre, simpático, amargado o tímido etc. También el modo de hablar,  expresarse o comportarse.




Hablábamos de la ropa: El delantal o guardapolvo blanco en los niños nos dicen que son colegiales, en los jóvenes y mayores, nos dice que son maestras, maestros, enfermeras o médicos. De la misma manera el uniforme que utilizan los chicos de otros colegios,  el uniforme policial o de las Fuerzas Armadas.
En el modo de hablar, por la tonada nos damos cuenta que nuestro interlocutor es Cordobés, Riojano, Tucumano, Porteño, Correntino, Paraguayo o Boliviano. 
El Padre Manya nos da otro ejemplo: “El médico dice: Tiene una pequeña lesión en el fémur. Y el común de nosotros puede decir, se lastimó el hueso del muslo”.  Por otra parte decimos: Lo operaron de apendicitis. Mientras el Profesional dice: Se le practicó una apendicetomía. La terminología médica lo distingue de los no médicos.
El docente habla de didáctica, pedagogía, trabajos curriculares, E.G.B. etc. Lo acredita como tal frente a los alumnos, padres o el medio donde desarrolla su actividad.
Podríamos citar infinidad de ejemplos. La vestimenta del criollo nos dice si es sureño, norteño o del litoral. El poncho rojo nos delata al salteño. El marrón con listas de colores al santiagueño, tucumano o cordobés. El poncho pampa, a las regiones  patagónicas.
A  la  Identidad se la define también como “ pertenecer a…”  o  “ ser parte de…” y en cuanto a “ cultura ”  hay varias definiciones como;  cultivar la inteligencia,  y al decir de mi amigo Plácido Eirale, “ algunos coinciden en que es, el sentir, pensar y actuar característicos de un grupo que se distingue de los demás.”
“La identidad nacional Argentina será entonces su propia cultura. Además la cultura es como la personalidad del conjunto cuyas raíces se funden en todo nuestro antepasado”.  Como un árbol que nace, se desarrolla y luego sus gajos  se diversifican como representando las diferentes manifestaciones que florecen y fructifican para el bien común.



Plácido Eirale, en un pequeño opúsculo titulado “ El Cosmos, la Vida y el Hombre” entre otros conceptos dice:  “Podríamos definir la identidad con la idea de pertenencia a una cultura o a un grupo con pautas culturales definidas. El grupo puede ser una nación grande o pequeña, como las etnias aborígenes de nuestro territorio o cualquiera de nuestra América.  No basta pertenecer a un grupo, sino que, antes que nada,  hay que estar en concordancia con sus tradiciones y pautas culturales, incluso con el medio geofísico o sea el paisaje”.  La identidad es fundamentalmente un hecho de amor, amor a la familia, al pueblo que nos vio nacer, al medio social, amor a lo que heredamos como legado de nuestros antepasados. Y en esto,  no solo la Escuela tiene el sagrado deber de fijar estos principios, si no también la familia, la sociedad y las autoridades en su conjunto, serán los responsables de velar por una identidad cultural.
En estos tiempos notamos que esa identidad está en crisis.  Más aún, en parte la hemos perdido. Hay infinidad de factores que contribuyen  a la pérdida de identidad. Es más notorio en la Capital Federal de nuestro país  y en las grandes ciudades.                      
 Claro que los medios de comunicación ocupan un lugar preponderante,  sumado a las grandes migraciones europeas y asiáticas. Excepto en algunas regiones de nuestro interior, donde la transculturación es más lenta. Una  historia  demasiada parcializada, nos ha hecho mirar mas hacia fuera que hacia adentro de nuestro país. Es por eso que, hoy vemos y notamos la pérdida de valores que alguna vez fueron la mejor carta de presentación. Es doloroso perder el sentido de caballerosidad, urbanidad, solidaridad, respeto a las personas, principalmente a los mayores de edad.
En las culturas de nuestros antepasados, el anciano o la anciana, representaban la sabiduría y se los veneraba en el seno familiar y social. Hoy, una persona después de los 45 o 50 años no consigue trabajo. Su experiencia no se toma en cuenta y cuando llegamos  a la vejez,  pasamos a engrosar el depósito de ancianos y muchas veces con el consentimiento de nuestros propios hijos. Aunque por suerte, aún hay muchas  excepciones.


Hemos dicho que la identidad es un hecho de amor. Amor a la familia, al semejante, al medio social, a nuestras tradiciones, a nuestras manifestaciones folklóricas, al legado de nuestros antepasados, a nuestra historia, primordialmente a nuestros símbolos patrios representativos de nuestro país y es un deber lucirlos con orgullo.  De esta manera podemos decir que estamos en concordancia con nuestra identidad.                                                                                                                      
 Porque también  implica fidelidad a estos valores, valores que debemos rescatar y promoverlos para el bien común.
Recordemos que la  tradición no es cosa de anticuados. Es la fuerza y el aliento del pasado en la vida de los pueblos. La tradición es el sustento de la cultura. Si no es fuerte, la tradición se debilita y cae frente a otras culturas dominantes.   
Don Ricardo Rojas decía: “Tradición no es pasado muerto, si no, vida anterior que sobrevive”.
 El hombre que ama sus tradiciones y los lleva encima, ama su cultura y por lo tanto se identifica con su medio.
Nicolás Avellaneda nos da otro ejemplo: “Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de su destino”.
   Ese legado de las grandes culturas que emergieron, evolucionó y se proyectaron en nuestro continente, deben ser rescatados, difundidos y enriquecidos con el aporte de otras que llegaron posteriormente,  para afianzar  la nuestra, no para negarla.
Así como Los Inkas, anexaron infinidad de pueblos a sus dominios, tomaron los hechos culturales significativos para enriquecer la suya, y moldearon de esta manera un poderoso y rico patrimonio cultural cuya filosofía les dio una identidad que  sería digno de imitar. Veamos apenas unos ejemplos. Ama Sua, Ama Llulla, Ama Qella, Ama Auka. Ama Mapa y el Ama Qonqaychu, cuya traducción es: No seas ladrón, no seas mentiroso, no seas haragán, no seas traidor, no seas desprolijo y no olvidarás. Sumados a otros preceptos éticos, morales y axiológicos como: Solidaridad, reciprocidad, fraternidad y hermandad.                                                                                                      

  Qué bueno sería que muchos leyeran la excelente obra del Dr. Juvenal Pacheco Farfán titulado: FILOPSOFÍA INKA Y SU PROYECCIÓN AL FUTURO.
Es decir,  Los Inkas,  consolidaron una identidad acorde a sus tiempos y al medio en que les tocó vivir, en concordancia  con la naturaleza.
Además esa visión de los Inkas, eran compartidos con otras culturas que emergieron en este continente antes de la llegada de Colón.
Hoy se pretende volver a vivir en concordancia con la naturaleza.
Nuestros antepasados, fueron los primeros ecologistas. Es preciso recordar a manera de ejemplo, aquella carta enviada como respuesta del gran Jefe Piel Roja de la etnia “Swamish” Noah Sealth  al entonces presidente de los E.E.U.U. Franklin Pierce  en el año 1855. Este discurso fue calificado universalmente como –Cita el Dr. Pacheco Farfán - “La declaración más hermosa y profunda que jamás se halla hecho sobre el medio ambiente”. Un verdadero ejemplo de amor a la madre tierra. Entre otros conceptos decía: “ Cómo se puede vender o comprar el firmamento o el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire, ni del fulgor del agua. Los blancos deberán saber, que cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria de mi pueblo.  Soy un Piel Roja y no lo comprendo.
Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie del lago, así como el olor del mismo viento purificado por la lluvia del medio día o perfumado con el aroma de los pinos. Para nosotros el aire tiene un valor inestimable, ya que todos los seres comparten el mismo aliento, el animal, el árbol y el hombre. Todos aspiramos el mismo aire.
… Deben inculcar a sus hijos que respeten la tierra, pues ella está enriquecida con la vida de nuestros antepasados. Enseñen a sus hijos los que nosotros hemos enseñado a los nuestros, que la tierra es nuestra madre.



  
          Todo lo que le ocurre a la tierra, les ocurrirá  a los hijos de esta tierra.                                                                             Esto lo sabemos.  La tierra no pertenece al hombre. Si no que el hombre pertenece a la   tierra. Todo va enlazado. Todo lo que le ocurre a la tierra, les ocurrirá a los hijos de esta tierra.
El hombre no ha tejido la trama de la vida. Él es solo un hilo. Todo lo que le haga a esa trama, se lo hará a sí mismo ”.
Y luego continúa: “ Pero ustedes caminarán hacia su destrucción, rodeados de gloria, inspirados por la fuerza de Dios que los trajo a esta tierra. ¿Dónde está el espeso bosque?
¿Dónde está el águila?  Desapareció.  Termina la vida y comienza la supervivencia”.
Finalmente en este discurso – dice mi gran hermano Tawantinsuyano el Dr. Juvenal Pacheco Farfán,  quien cita todo esto en su magnífica obra - “ Se aprecia un contenido pedagógico y una actitud de docencia cuando afirma: Enseñen a sus hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros; que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra les ocurrirá a los hijos de esta tierra”.  “Aquí se cumple  con uno de los principios clásicos de la pedagogía, consistente en que la primera escuela es el hogar  y los primeros maestros, los  padres.”
Estos principios eran propios de casi todas las culturas precolombinas. En nuestro noroeste, como así en el ámbito de las grandes culturas Andino Inkas, aún hoy,  se le rinde culto como deidad protectora a nuestra madre tierra. 
              De allí que es importante rescatar, revalorizar y difundir estos conceptos   éticos morales y axiológicos para pretender responder a una identidad cultural  bien Tawantinsuyana, tal cual nuestros antepasados la tuvieron y vivieron en concordancia con el medio natural que los rodeaba.






Posibilitando el bien común,  identificándonos con las cosas o seres que nos rodean,  en plena armonía universal con la naturaleza.
Esperemos que nuestras jóvenes generaciones, miren un poco mas hacia adentro y un poco menos hacia fuera. Particularmente creo, que están en la búsqueda de esa verdadera identidad.                                                                                        
                                 
La ayuda de las ciencias sociales como la arqueología, la antropología, la etnografía, la etnología, la historia, y las disciplinas  afines,  como la lingüística,  el folklore, etc. Nos mostrarán con el tiempo, un panorama cultural propio de nuestro ser nacional y de nuestros pueblos hermanos de esta región Tawantinsuyana  y Sud Americana,  cuyas raíces se funden en el fondo de nuestra historia común,  y con el conocimiento pleno de nuestros antepasados, su vida y su obra, forjaremos una identidad cultural propia de toda de esta amplia región.

                                                                 ALADO LEOPOLDO TEVEZ.

BIBLIOGRAFÍA:
RICARDO ROJAS, BLASÓN DE PLATA.  Editorial  LOSADA. S.A.   Fecha: 15 – 9 – 1954.
PLÁCIDO EIRALE.  -  EL COSMOS, LA VIDA Y EL HOMBRE.  Opúsculo publicado en la década de 1980. En la ciudad de Tucumán – Argentina.                           
 JUVENAL PACHECO FARFÁN.  -  FILOSOFÍA INKA Y SU     PROYECCIÓN AL FUTURO.   -    Editorial Universitaria de la UNSAAC.  Publicado el 31 de mayo de 1994        
JUAN ANTONIO MANYA AMBUR. – EL RUNA SIMI.  – Publicado por la ACADEMIA DEL IDIOMA QUECHUA.  CUSQO – PERÚ.  Junio 1988.